sábado, 14 de junio de 2025

Psicología para padres: 5 consejos basados en evidencia científica



Psicología para padres: 5 consejos basados en evidencia y experiencias reales.

Una vez en una clase de tercer semestre de psicología infantil el profesor nos preguntó quien de nosotros era padre o madre, y bueno, estábamos aún muy jóvenes; pero por allí salieron varios y varias levantando la mano, muchos más de los que yo esperaría, eso me causó curiosidad, pero no más curiosidad que la razón por la que el profe había preguntado algo así, digo, no es tan importante si tenemos hijos o no para aprender psicología, ¿o sí? El caso es que continuó con la clase y en medio del tema nos enlazó con su pregunta inicial, ahí lo entendí todo. 

Resulta que los padres y madres son importantes para el desarrollo pleno de los niños, bueno, eso quizá ya lo sabíamos; pero para aquél momento no habíamos visto con claridad que desde el punto de vista de nuestros padres, es una tarea bastante difícil, muchas veces no saben qué hacer ni qué decir ni mucho menos cómo reaccionar ante situaciones inesperadas que siempre están a la hora del día con los niños. Entonces los compañeros empezaron a compartir sus experiencias en su rol siendo padres, y vaya que habían muchas cosas por contar. ¿Alguna vez te has preguntado cómo hacen los padres, cómo hicieron los tuyos o cómo le haces tú para lidiar con esta valiosa labor? ¿o tal vez estás empezando o vas a empezar a ser padre y necesitas tener una idea de qué hacer en estos casos? Bueno, entonces continúa con esta lectura porque seguramente te va a servir bastante para resolver tus dudas e inquietudes al respecto. 

Ser papá o mamá no viene con manual, pero la psicología puede ayudar bastante. Quizás no a dar una lista de instrucciones exacta, pero sí a observar distintos puntos de abordaje de la ardua tarea paterna y materna.  Desde lo que hemos aprendido en la carrera (y sí, también en clase de Desarrollo y Psicología Infantil), te compartimos 5 consejos que pueden marcar la diferencia al momento de criar, todos basados en lo que aprendimos en clases que incluye evidencia y experiencias reales.


1. El refuerzo positivo funciona (¡y mucho!)
Quizá todos hemos escuchado sobre esto alguna vez, sabemos que dar o quitar según el comportamiento de una persona, especialmente un niño, puede promover cambios o crear hábitos; pero no se trata solo de premiar con dulces y ya está. El refuerzo positivo consiste en reconocer y alentar conductas adecuadas para que se repitan. Felicitar cuando el niño comparte, dar tiempo de juego después de hacer tareas o simplemente decir “estoy orgulloso de ti” son formas efectivas.

2. Los límites también son amor
La palabra límite puede tener una connotación un tanto negativa, quizá la vemos de una manera que no es la adecuada, y bueno, uno de los mitos más comunes es que poner límites es ser autoritario. Pero la verdad es que los niños necesitan estructura y normas claras para sentirse seguros. Lo importante es cómo se comunican esos límites: con firmeza pero con afecto.

3. Escucha activa: clave en la infancia y adolescencia
Escuchar es algo esencial del ser humano, pero tendemos a quitarle importancia, tanto así que a veces no nos escuchamos ni a nosotros mismos. Muchos problemas en casa se deben a que no se escucha bien. La escucha activa es una técnica que implica estar presente, mirar a los ojos, no interrumpir, y validar emociones. Ese tipo de escucha es clave cuando se trata de relacionarse con los niños o adolescentes, promueve cambios a partir del entendimiento y la buena relación aumenta en un 200%.

4. Cuida tus propias emociones
Parecido a escucharnos a nosotros mismos, también es igual o más importante escuchar tus emociones, conocerlas, entenderte y racionalizarlo para que lo puedas regular porque tu regulación emocional impacta directamente en la de tus hijos. Si te ven gritar, frustrarte fácilmente o rendirte, tienden a imitar esos patrones creando consecuencias negativas tanto en el corto como el mediano y sobre todo en el largo plazo, sobre todo si esto sucede durante sus primeros años de vida. 

5. El castigo no educa (por sí solo)
Entendemos que en muchos casos el castigo se vuelve necesario, sólo hay que tener en cuenta que castigar sin explicar ni acompañar solo genera miedo o resentimiento. Es mejor aplicar consecuencias lógicas y explicadas, que ayuden a aprender. Esto es crucial si queremos que el castigo sea realmente efectivo y provechoso para educar al niño.

Conclusión

Desde nuestro lugar como estudiantes, vemos cómo muchos padres hacen lo mejor que pueden, pero con herramientas del pasado. La psicología ofrece recursos valiosos, y lo mejor es que muchos están al alcance de todos. Es solo buscar un poco entre la información que está publicada o acudir a un especialista y verás que muchas cosas en tu hogar pueden cambiar para bien.

¿Y tú te has enfrentado a este tipo de situaciones? ¿Cuéntanos cómo ha sido y cómo las has solucionado? O quizás tu hijo quiera ser psicólogo, y entonces también puedes revisar nuestro artículo relacionado con el tema y cómo puedes abordar cuando tu hijo quiere ser psicólogo.



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